Los tarotistas somos personas normales

Cuando una persona llega por primera vez a mi consulta, se extraña de mi aspecto "normal", pensando en que se va a encontrar una pitonisa con túnica de lentejuelas y ojos pintados a la egipcia.Cierto que hay compañeros que gustan de disfrazarse para impresionar a sus clientes y dar una apariencia más esotérica o mística. Pero sinceramente, con esos atuendos, difícilmente el cliente que ya llega normalmente con cierto grado de incertidumbre , puede abrirse y confiarse a alguien con aspecto estrafalario y de estar un poco volado.El hábito no hace al monje, y no por ponerme vestidos galácticos o dar un ambientte misterioso a mi espacio  voy a realizar mejor mi trabajo. Mucho mejor dar al espacio donde se realiza la consulta un ambiente cálido y  acogedor para que el consultante se sienta "como en casa".

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